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Planteando una meta personal a corto plazo, es posible marcar una gran diferencia. Lo más importante es atreverse, comenzar y poner el ejemplo desde el medio en el que nos desenvolvemos. Está en nuestras manos dar inicio al camino del manejo de residuos y desechos sólidos, un paso a la vez.
Una de las mayores amenazas ambientales es la contaminación resultante por la mala gestión de los residuos y desechos sólidos (RDS). Éstos tienen grandes impactos de salud, sociales, ambientales y económicos que deben ser considerados para su gestión. Es de conocimiento general que la incidencia de enfermedades como factor indirecto puede estar vinculada a la mala disposición de los RDS debido a los diferentes vectores como artrópodos, moscas, cucarachas y otras plagas, que pueden dispersar epidemias. Adicionalmente, en los vertederos al aire libre la población de bajo nivel socioeconómico es atraída, originándose la práctica de recoger ciertos desechos sólidos en condiciones que exponen la salud de las personas por contracción de diversas enfermedades. Además, el mal aspecto y los malos olores que se emiten tras una mala disposición final de los mismos afecta negativamente no solo a la población sino a especies de flora y fauna que viven y/o transitan en las cercanías de un basurero.
No obstante, la importancia económica está relacionada a las posibilidades de recuperación de ciertos tipos de residuos como papel, metales, plástico, telas, entre otros. Además, con los desechos orgánicos se puede producir compost que permite ahorros económicos en la agricultura. Y los desechos que sean llevados a rellenos sanitarios, contribuyen a la recuperación de terrenos no aprovechados.
Constantemente recibimos información sobre los impactos ambientales y sociales que la mala gestión de RDS presenta y, aunque esto es fundamental para crear conciencia, se habla poco de las soluciones. La mayoría de las soluciones podrían parecer abstractas, limitadas e incluso repetitivas. Hablamos de “Las tres erres” y sabemos que no basta únicamente con promover el reciclaje. Sin embargo, este puede ser el comienzo de una solución mayor y convertirse en lo mínimo que podemos aportar como personas conscientes en búsqueda del bien común.
El inicio es la separación de los RDS que generamos. De esta manera contribuimos a la disminución de la cantidad de RDS que se envían al relleno sanitario. Poco a poco la separación que realiza cada individuo en casa puede incluir el traslado de algunos materiales a centros de acopio que incluso podrían ser valorizadores que ofrecen retribuciones económicas por los desechos.
Se puede comenzar con la separación y traslado de uno o dos materiales. Por ejemplo, en https://www.rutadelreciclado.com/index.html?c=oquee se han mapeado puntos de entrega de Tetra Pack. El mapa interactivo muestra la localización actual del usuario y las rutas que puede seguir para encontrar puntos de entrega voluntario, valorizadores e incluso cooperativas más cercanas. El sitio web considera únicamente Tetra Pack, sin embargo, muchos de los puntos de entrega mapeados reciclan otros materiales.
Otro punto de partida podría ser la separación de vidrio, considerando que Guatemala ocupa el primer lugar de la región centroamericana como el país donde ocurre el mayor aprovechamiento de residuos valorizables de vidrio. Vidriería Guatemalteca (VIGUA) se encarga de utilizar y gestionar vidrio, lo cual genera encadenamientos productivos que propician empleo e ingresos económicos a la sociedad guatemalteca. En su sitio web https://grupovical.com/guatemala/ se encuentra información sobre cómo colaborar, indicaciones sobre cómo preparar el vidrio para su reciclaje e información sobre la red de más de 300 acopiadores establecida en todo el país.
Planteando una meta personal a corto plazo, es posible marcar una gran diferencia. Lo más importante es comenzar y poner el ejemplo en el medio en el que nos desenvolvemos. Está en nuestras manos dar inicio al camino del manejo de RDS un paso a la vez.
