Los campos electromagnéticos (CEM) consisten en ondas eléctricas y magnéticas que se propagan a la velocidad de la luz de forma simultánea, siendo de tipo no ionizante y ondas relativamente bajas. Los campos eléctricos se originan de la tensión eléctrica y los campos magnéticos se originan por el movimiento de cargas.

Los CEM están presentes en los equipos relacionados con la generación, transporte o utilización de la energía eléctrica de 50 Hz. Los efectos de los CEM en los seres vivientes son dados en función de su frecuencia y se consideran nocivos para la salud cuando se sobrepasan las posibilidades de compensación del organismo. Algunos de los efectos adversos probados incluyen perturbaciones ocasionales en el sistema nervioso y el incremento de temperatura corporal.